viernes, 9 de septiembre de 2011


El amor es algo muy curioso, te sientes feliz, te sientes triste, te impulsa a hacer cosas que jamás se te habrian ocurrido.











Se acaba el verano. Sol, fiesta, cócteles en algún chiringuito del sur, vestidos ibicencos y risas que se propagan en el caluroso ambiente. Chicos de piel bronceada, ojos verdes y sonrisa perfecta. Los Strokes haciendo salir mis lágrimas con Last Nite y morir del éxtasis con todas las demás canciones.
Que Alex Turner nos cante a dos metros de distancia Mardy Bum y derretirnos con Fab y su destreza en la batería. 





Querer repetir esos meses mil veces más y sin embargo desear a cada minuto que fuera septiembre.





"En verano no podremos vernos lo suficiente"






Esa era nuestra excusa para no empezar algo que los dos queríamos, y a pesar de que no aguantabamos más decidiamos posponerlo.








Miercoles. Ese día que se convirtió en mi favorito de todo el verano. Esas escapadas furtivas a la estación de tren a las diez de la mañana y hacer coincidir nuestros transportes para que ninguno de los dos tuviera que esperar. Y esos 4 días que me invitaste a tu casa fueron los más maravillosos de toda mi vida.





Y es que todo lo maravilloso de este verano, todo se quedaba en nada con el escaso día a la semana que nos veíamos.
Ahora sí puedo decir que soy feliz. Da igual que vuelva el frío, las clases y la rutina. Por fin te puedo tener cada noche junto a mi.











Nuestro proyecto es ambicioso e imposible. Sí, imposible. Pero contamos con ese cúmulo de cosas maravillosas con forma y estilo propios que componen una sinfonía. No se puede contar, hay que verlo.