domingo, 10 de abril de 2011

Sueños


Londres, nuestro sueño. Allí está nuestro futuro, allí se forjarán nuestros besos, allí seré feliz a tu lado, por siempre jamás.


La fría brisa nos roza la cara, mis mejillas se vuelven rojizas por las bajas temperaturas y tú me miras, sonríes. Me acaricias con tu mano y la dejas unos segundos sobre mi cara, y empiezo a notar el calor. Miras al horizonte y veo que eres feliz, estás en el lugar que quieres y te quieren, te aman.


Ahora sí lo conseguimos, somos felices, estamos juntos y hemos cumplido un sueño. Llevas puesto el jersey verde de cashmere que te regalé hace un año, cuando terminamos la carrera y puedo oler perfectamente tu fragancia, no sólo tu perfume, sino ese conjunto de olores que identificaría contigo en cualquier lugar del mundo y me provocarían un escalofrío estuviese dónde estuviese.


Empieza a llover y abres el paraguas, me abrazas fuerte para que ni una sola gota toque mi gabardina camel, sí, exacto, esa que elegimos el primer día que llegamos aquí, la que tanto te gusta. La lluvia de Londres, ¿se parece tanto a la de Santiago verdad? Dónde compartimos tantas confesiones, momentos, donde nuestra vida volvió a empezar.


Ahora sí, y por siempre. Estamos juntos. Los dos. En Londres. Y me quieres. Y te quiero.

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